“Se comulga en la tristeza
cuando ya no se tiene nada más en común"
cuando ya no se tiene nada más en común"
Emile Durkheim
Tu vino y tu pan de cada día
están servidos en la mesa
al pan pan, al vino vino,
y hablo con seres imaginarios
en busca de alguna cer-eza
que venga a salvar el postre
porque está claro, siempre
“te digo” algo, casi insignificante
como coronas de espinas
sangrando sobre el cráneo
del recuerdo
revelo, entonces, uno a uno
cada tono del negativo,
aunque el cuarto
se ofusque en seguir oscuro,
los matices aparecen
rascando el costado de
tu otra cara.
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