la impaciencia
que sacude al arroz
al cocerse, uno sobre otro
escribo mis nombres
en un grano, la tinta china
seca sobre el torso
indica el dominio
uno de tantos, será el elegido
el miserable colgante
encapsulando el germen
de renuncia, de ser no más
que un diafragma de venn
al borde del papel
reciclado, viene el aire
a mis poros, el agua que hierve
se escurre y el almidón,
me viste de blanco,
estéril, yo y mi semilla
sobre el pecho, sepultamos las cruces.
1 comentario:
Brillante
Publicar un comentario