El feriado empuja
la fierecilla a la feria
de tajos y cortes
sobre el cuerito:
no hay curita para tanto
anhelo, sólo una chimenea
tirando el humo afuera.
Tu costado te traiciona
uno sólo, uno solo.
Vas a reír algún día
querido animal, le decís,
vas a reír, a pesar de ser
animal y no dibujo animado.
Das un paso más
hacia el país de no me acuerdo
(<<siempre llegarás a alguna parte
si caminás lo suficiente>>
atrás o adelante, arriba o abajo
en algún lado, desapareció
la maravillosa lógica
inaugurada por el gato risón)
No queda más que ir
despacio, al asecho
de cualquier prenda-disfraz,
mi íntima mutante:
los hologramas te atraviesan
sin rastro de sangre en la piel.
Algo te vuelve
(el otro costado)
y la risa recuerda, entonces,
tu condición
la pose para la cámara,
que es el mundo,
no todo, sólo el resto humano
(te captura)
te inventa en su lenguaje.
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