martes, 24 de junio de 2008

La herencia de Karl

Bajaste del colectivo
te esperaba puntual
luego de una vida
de no vernos

pregunté: “-¿tu vida?”
“-Tonta” me dijiste
casi no replico
atónita insistí

(siempre insisto
en el error, demasiado
Popper
)

“-la vida es tonta”
bajaste la mirada
y, en ese momento,
te convertiste,
como por acto de magia
de dudoso origen,
en todos los n(o-h)ombres
de mi vida

(tonta)

supe que el colectivo
no había llegado,
que ningún freno había
alterado la luz del semáforo
de la esquina

no era un alivio saber
que esa noche el mundo
(también) estaba solo.

No hay comentarios: