Nunca te conté lo mucho que me
gustan las tormentas. No te conté muchas cosas pero esa, creo, es algo
memorable. El gusto por las tormentas. Capaz que si te lo hubiese
contado ahora te estarías acordando de mi primera persona del singular.
Capaz. Al menos, podría pensar que capaz, con la excusa de la tormenta
interviniendo a mi favor, te estarías acordando. Yo me acuerdo de vos,
sin necesitar la mediación de ninguna excusa. Así de simple. No es que
sea una elección libre. No lo es. El filtro mental está agujerado, eso
sí es. Todo se ha vuelto muy explícito en mi cabeza y ninguna idea se
ruboriza al colarse sin golpear la puerta. Simbólica puerta, claro está.
Y ojalá pueda obligarme a ser un cazador de lo bello y que nunca se me escape nada | Thoreau
miércoles, 23 de marzo de 2011
martes, 8 de marzo de 2011
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