martes, 13 de mayo de 2008

Cusco

Una frazadilla multicolor
envolviendo el niño
que no camina, que saca
la mano afuera y agarra
las trenzas enroscadas
como serpientes
que no esperan ningún cóndor,
ningún mundo más allá de
este lugar sagradamente
cosmopolita
donde hasta los muros hablan
en doce lenguas
con ángulos que no cicatrizan
en la historia.

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