miércoles, 21 de mayo de 2008

Moiras.

sola con tu alcancía de visiones
Olga Orozco.
dejaste tu mensaje
en el contestador,
y el bip bip bip dio paso
al sputniko poema
que vos, resignado,
tan bien, anunciabas

Cloto, Láquesis y Átropos
acordaron otro pequeño
gesto de su inexorable presencia
porque en el mismo día
llegó a mis manos
“Sputnik, mi amor”
de Murakami.

el destino enredando las soledades,
cortando hilos de cualquier conexión
sideral. O no. El misterio
de los dioses en su banquete,
sigue allí, arriba

(ningún telescopio descubre
el cielo, su delicada urdimbre)

entonces remontás la noche
como barrilete que no cede
como hilo que tira, tira
y desenrolla elástico,
dispuesto

el verso seguirá
tatuándose infinito
en la solapa de esta novela
<< como Sputnik pequeñito
que se hubiera extraviado
>>.

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