domingo, 9 de noviembre de 2008

papel atroz

la impaciencia
que sacude al arroz
al cocerse, uno sobre otro
escribo mis nombres
en un grano, la tinta china
seca sobre el torso

indica el dominio

uno de tantos, será el elegido
el miserable colgante
encapsulando el germen
de renuncia, de ser no más
que un diafragma de venn

al borde del papel

reciclado, viene el aire
a mis poros, el agua que hierve
se escurre y el almidón,
me viste de blanco,
estéril, yo y mi semilla

sobre el pecho, sepultamos las cruces.